Manuel Valdés Blasco

Valencia, 1942

Cursó el bachillerato en el colegio de los dominicos de su ciudad natal. En 1957, una vez finalizados dichos estudios, ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. La formación excesivamente académica que allí se impartía no debió satisfacerle demasiado puesto que, sólo dos años más tarde, abandonó esta institución para dedicarse por completo a la Pintura.
Ya en los primeros trabajos ejecutados al poco de dejar la Escuela -formalmente deudores de un agonizante expresionismo abstracto-, el joven Valdés demostró una capacidad creadora y una habilidad técnico-formal fuera de lo habitual.
Asimismo, a principios de los años sesenta forma el Grupo Estampa Popular de Valencia junto a los artistas Gorris, Juan Antonio Toledo y Rafael Solbes, entre otros, y el historiador del arte Tomás Llorens.
En 1964 Manolo Valdés, Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo se escindieron de Estampa Popular y formaron el Equipo Crónica.
El Equipo Crónica, influido por los debates generados en el seno de Estampa Popular, surgió como una crítica al individualismo y a la imagen romántica del artista genio. De ahí la idea de disolver la personalidad de los artistas bajo un nombre colectivo y, a la vez, anónimo.
Desde el primer momento, y en un sentido parecido al formulado por el Pop Art inglés y norteamericano, el Equipo Crónica consideró que las imágenes, ya provenientes de la alta cultura ya de la cultura de masas, eran esencialmente un vehículo comunicativo. Para ambos artistas, una imagen procedente del cine, el cómic o las revistas ilustradas tenía idéntico valor que una reproducción gráfica de una Pintura de Velázquez, Van Gogh o Picasso.
Cuando en 1981 fallece Solves decide emprender camino en solitario.
A lo largo de los años ochenta, Valdés fue incorporando un nuevo sentido del tratamiento pictórico que lo alejó progresivamente de los modos de hacer heredados de su etapa en el Equipo Crónica.
A través de ese reencuentro con la textura y la materia, y aun sin apartarse nunca de la figuración, sus trabajos se acercaron técnicamente a los de pintores informalistas como Millares, Tàpies, Burri o Dubuffet.
A través de ese reencuentro con la textura y la materia, y aun sin apartarse nunca de la figuración, sus trabajos se acercaron técnicamente a los de pintores informalistas como Millares, Tàpies, Burri o Dubuffet.
Entre octubre de 2002 y enero de 2003, el Museo Guggenheim Bilbao le dedicó una de las retrospectivas más importantes que se hayan hecho hasta el momento.

Obra de Manuel Valdés Blasco

Manuel Valdés Blasco
  • Manuel Valdés Blasco
  • Valencia, 1942
  • Cursó el bachillerato en el colegio de los dominicos de su ciudad natal. En 1957, una vez finalizados dichos estudios, ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. La formación excesivamente académica que allí se impartía no debió satisfacerle demasiado puesto que, sólo dos años más tarde, abandonó esta institución para dedicarse por completo a la Pintura.
    Ya en los primeros trabajos ejecutados al poco de dejar la Escuela -formalmente deudores de un agonizante expresionismo abstracto-, el joven Valdés demostró una capacidad creadora y una habilidad técnico-formal fuera de lo habitual.
    Asimismo, a principios de los años sesenta forma el Grupo Estampa Popular de Valencia junto a los artistas Gorris, Juan Antonio Toledo y Rafael Solbes, entre otros, y el historiador del arte Tomás Llorens.
    En 1964 Manolo Valdés, Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo se escindieron de Estampa Popular y formaron el Equipo Crónica.
    El Equipo Crónica, influido por los debates generados en el seno de Estampa Popular, surgió como una crítica al individualismo y a la imagen romántica del artista genio. De ahí la idea de disolver la personalidad de los artistas bajo un nombre colectivo y, a la vez, anónimo.
    Desde el primer momento, y en un sentido parecido al formulado por el Pop Art inglés y norteamericano, el Equipo Crónica consideró que las imágenes, ya provenientes de la alta cultura ya de la cultura de masas, eran esencialmente un vehículo comunicativo. Para ambos artistas, una imagen procedente del cine, el cómic o las revistas ilustradas tenía idéntico valor que una reproducción gráfica de una Pintura de Velázquez, Van Gogh o Picasso.
    Cuando en 1981 fallece Solves decide emprender camino en solitario.
    A lo largo de los años ochenta, Valdés fue incorporando un nuevo sentido del tratamiento pictórico que lo alejó progresivamente de los modos de hacer heredados de su etapa en el Equipo Crónica.
    A través de ese reencuentro con la textura y la materia, y aun sin apartarse nunca de la figuración, sus trabajos se acercaron técnicamente a los de pintores informalistas como Millares, Tàpies, Burri o Dubuffet.
    A través de ese reencuentro con la textura y la materia, y aun sin apartarse nunca de la figuración, sus trabajos se acercaron técnicamente a los de pintores informalistas como Millares, Tàpies, Burri o Dubuffet.
    Entre octubre de 2002 y enero de 2003, el Museo Guggenheim Bilbao le dedicó una de las retrospectivas más importantes que se hayan hecho hasta el momento.



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Nuevos tipos urbanos, Manuel Valdés Blasco

Obra numerada y firmada a mano.

Las imágenes de las cosas, Manuel Valdés Blasco

Obra numerada y firmada a mano.


Las imágenes de las cosas, Manuel Valdés Blasco

Obra numerada y firmada a mano.

Nuevos tipos urbanos, Manuel Valdés Blasco

Obra numerada y firmada a mano.



 Nuevos tipos urbanos, Manuel Valdés Blasco

Obra numerada y firmada a mano.


Beatrice II, Manuel Valdés Blasco

Obra Gráfica Original numerada y firmada a mano.



El cubismo como pretexto, Manuel Valdés Blasco

Obra numerada y firmada a mano por el artista.


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