Arte español en Nueva York. Guía

Autores: María Dolores Jiménez-Blanco y Cindy Mack. Prólogo de Dore Ashton.

Este libro pone de manifiesto la ingente cantidad de obras de arte relacionadas con la historia y la cultura española existente en la ciudad de Nueva York.

El objetivo de este estudio no es elaborara un exhaustivo catálogo razonado sino, por el contrario, estudiar críticamente el legado español en Nueva York. Por ello, y combinando el sentido práctico de una guía y el sentido analítico de un ensayo, se ha concebido un libro con tres grandes apartados.

En primer lugar, un estudio histórico del origen del interés coleccionista americano en la cultura española, y sobre el significado que la cultura española ha adquirido en el desarrollo del arte americano.

En segundo lugar, se ha realizado un recorrido geográfico por los diferentes museos de la ciudad de Nueva York destacando las principales obras de artistas españoles presentes en ellos, siguiendo un recorrido geográfico que comienza con la Hispanic Society, el único museo dedicado exclusivamente al arte y cultura española en la ciudad de Nueva York.

Este segunda parte, que ocupa el grueso del libro, para el buen conocedor quizá no sea sorprendente encontrar presencias como las de Velázquez, Goya, El Greco, Fortuny, Sorolla, Picasso, Miró o Tàpies en museos fundamentales, desde el Metropolitan hasta el Museo de Arte Moderno (MoMA).

Pero junto a ellos, este libro descubre presencias quizá menos obvias, pero igualmente reveladoras del lugar que ha ocupado el arte español en el coleccionismo americano, y que permiten seguir la evolución de la cultura y la historia española desde los orígenes de la historia hasta la actualidad, y a través de medios tan distintos como las llamadas bellas artes, los documentos o los objetos de artesanía más variados, sin salir de la ciudad de Nueva York.

El casco que la leyenda atribuye a Boabdil, el último rey de la Granada nazarí, o una guitarra que perteneció a Andrés Segovia, ambos en el Metropolitan Museum, pueden servir de ejemplos en este caso. Cuando en 1904 Huntington creó la Hispanic Society se proponía dar a conocer la variedad y grandeza de la cultura española en Nueva York. En la actualidad, puede decirse que todas las instituciones culturales importantes de la ciudad de Nueva York se han hecho eco de su propuesta.

En tercer lugar, el libro se completa con tres apartados temáticos sobre arquitecturas, Pinturas y Esculturas de artistas españoles que, sin formar parte de los fondos de los museos, están presentes en espacios públicos de Nueva York, contribuyendo en cierta manera a definir su significado.